Dolce stil nuovo

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Dolce stil nuovo
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POESÍA TROVADORESCA
Y DOLCE STIL NUOVO
Jaufré Rudel - Lapo Gianni - Cino da Pistoia Guido Guinizelli - Guido Cavalcanti - Dante Alighieri
(La presente obra ha sido incorporada a la biblioteca digital de www.ladeliteratura.com.uy con fines
exclusivamente didácticos)
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POESÍA TROVADORESCA
JAUFRÉ RUDEL
CANCIÓN DEL AMOR LEJANO
(Trad. Domingo L. Bordoli)
Largos los días en mayo son,
dulce del ave suena el cantar,
y yo recuerdo un lejano amor
cuando me alejo de ese lugar.
Voy con semblante triste y mohíno,
y hasta las flores del blancoespino
con el invierno me hacen pensar.
Veré, por Dios, al lejano amor,
al Señor tengo por muy veraz:
mas alegrándome con este don
-que está tan lejos- dobla mi mal.
Con mi bordón y con mi esclavina,
ah! Si pudieran, mi peregrina
vida, sus bellos ojos copiar.
Seré dichoso cuando me diere,
por Dios, albergue, en su lejanía;
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cerca de ella, - si así quisiereyo - tan lejano - me hospedaría.
Mi amor lejano, cerca, diré ;
con voz cercana la embriagaré.
Y oiré su dicha: será la mía.
Si aquel amor he de ver un día,
triste y alegre me partiré.
Mas es tan grande la lejanía
que no sé cuándo la encontraré.
Sobran los pasos, sobra el camino...
Nada presiento de mi destino,
sólo Dios sabe si lo hallaré.
Si no disfruto el amor lejano,
de amor ninguno disfrutaré ;
que, cerca o lejos, tan soberano
bien, en ninguna parte se ve.
Tal es su prez y gentil verdad
que, aún entre moros, mi voluntad
quiere por ella cautivo ser
Dios que hizo todo cuanto se ve,
y también hizo este amor lejano,
me de, no el ánimo, sino el poder
de, al fin, mis ojos verlos cercano.
Serán su cámara y su jardín
los de un hermoso palacio, sin
que se mude mi parecer.
Ávido soy, y no mentirá
quien de mi amor me llame ansioso,
pues jamás nunca tuve otro gozo
que el de ese amor que me aguarda allá.
Mas lo que quiero me está prohibido.
Maldito sea el que me ha perdido,
y, sin amores, hízome amar
Maldito sea el que me ha perdido,
y, con embrujos, ha conseguido
que nunca, nadie, me pueda amar.
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DOLCE STIL NUOVO
LAPO GIANNI
SATISFACCIÓN QUE OTORGA AMOR
Dolc‟è‟l pensier che mi notrica il core
d‟una giovane donna ch‟e‟ disi,
per cui si fe‟ gentil l‟ anima mia,
poiche sposata la congiuse Amore.
I‟ non posso leggeramente traere
il novo esemplo ched ella smiglia,
quest‟angela, che par di ciel venuta;
d‟amor sorella mi semb‟al parlare
ed ogni su‟atterello è meraviglia:
beata l‟alma che questa saluta!
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In colei si può dir che sia piovuta
allegrezza, speranza e gioi‟compita
ed ogni rama di vertù fiorita,
la qual procede dal su gran valore.
Il nobile intelletto ched io porto
per questa gioven donna ch‟è apparita,
mi fa spregiar viltate e villania;
e il dolce ragionar mi dà conforto
ch‟i‟fe‟ con lei de l‟amorosa vita,
essendo giè in sua nova signoria.
Ella mi fe‟tanta di cortesia
che no sdegnò mio soave parlare,
ond‟i‟voglio Amor dolce ringraziare
che mi fe‟ degno di cotanto onore.
Com‟i‟son scritto nel libro d‟Amore
conterai, ballatetta, in cortesia,
quando tu vederai la donna mia,
poi che di lei fui fatto servidore.
(Trad.de Roberto de Espada Vicente)
Dulce es el pensamiento que me nutre el corazón: una joven dama que deseo, por quien
se hace gentil mi alma, ya que Amor la tomó por esposa. Yo no puedo dar ligeramente
el nuevo ejemplo que ella manifiesta, este ángel, que parece venido del cielo, hermana
del Amor me parece al hablar y con mínima acción suya es maravilla: dichosa el alma a
quien ella salude!. En ella puede decirse que haya llovido alegría, esperanza y gozo
cumplido y toda rama florida de virtud, la que procede de su gran valor. El noble
pensamiento que aliento por esta joven dama que ha aparecido, me hace despreciar
maldad y villanía y el dulce razonar de lo que hicimos en nuestra amorosa vida me
conforta, estando ya bajo su nueva señoría. Ella me hizo tanta cortesía que no desdeñó
mi suave hablar, por lo cual quiero, Amor, agradecerte, pues digno me hiciste de
tremendo honor. Cómo he sido inscripto en el libro de Amor, contarás, baladita, en
cortesía, cuando tu veas a mi dama, luego que de ella fui hecho servidor.
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CINO DA PISTOIA
MIRANDO LAS FLORES DE UN PRADO
Io guardo per li prati ogni fior bianco
per rimembranza di quel che mi face
sì vago di sospir ch‟io en chieggo anco.
E‟mi rimembra della bianza parte
che fa col verdebrun la bella taglia,
la qual vestio Amore
nel tempo che, guradando Vener Marte,
con quella sua saetta che puù taglia
mi diè per mezzo il core;
e quando l‟aura move il bianco fiore,
rimembro de‟begli occhi il dolce bianco
per cui lo mio desir mai non ne fie stanco.
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(Trad.de Roberto de Espada Vicente)
Yo miro de los prados toda flor blanca para recuerdo de aquella que me hizo tan
deseoso de suspiros como para desearlos a toda hora. Y me recuerda de la blanca
parte que con el verde oscuro hace el bello tallo, que Amor vestía en la época en que
Venus en conjunción con Marte, con aquella saeta suya que más corta me golpeó en
medio del corazón; y cuando el aire mueve las blancas flores, recuerdo de los bellos ojos
el dulce blanco, por los que mi deseo nunca se habrá de cansar.
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GUIDO GUINIZELLI
EXALTACIÓN Y REPRESENTACIÓN DE LA DAMA
Voglio del ver la mia donna laudare,
e assembrarli la rosa e lo giglio:
come la stella diana splende e pare,
e ciò ch‟è lassù bello a lei somiglio.
Verde rivera alei rassembro e l‟air,
tutti colori e fior, giallo e vermiglio,
oro ed argento e ricche gioi‟preclare;
medesmo Amor per lei raffina miglio.
Passa per via adorna e sì gentile,
ch‟abassa orgoglio a ciu donna salute,
e fal di nostra fé se non la crede.
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E non si può appressar omo ch‟è vile:
ancor ve dico ch‟à maggior vertute:
null‟om può mal pensar fin che la vede.
(Trad.de Roberto de Espada Vicente)
Quiero ver a mi dama alabada, y asemejarla a la rosa y el lirio: como el lucero aparece
resplandeciente, y todo lo que en el cielo haya de bello, a ella lo asemejo. A la verde
rivera y al aire la comparo, a todos los colores y las flores, amarillo y rojo, oro y plata y a
las joyas más ricas y preclaras; el mismo Amor se hace más refinado por ella misma.
Pasa por la calle tan adornada y gentil, que abate el orgullo de las damas a las que
saluda, y peque contra mi fe si no lo creéis. Y no puede
acercársele
hombre vil; aún os digo que tiene virtud más grande: ningún hombre puede tener un
pensamiento bajo mientras está en su presencia.
GUIDO
CAVALCANTI
BELLEZA DE LA DAMA
Beltá di donna de piagente core,
e cavalieri armati che sien genti
cantar d‟augelli e raggionar d‟amore,
adorni legni in mar forte correnti,
aria serena quand‟appar l‟albore,
e bianca neve scender senza venti,
rivera d‟acqua e prato d‟ogni fiore,
oro, argento, azzurro „n ornamenti:
passa la gran beltate e la piagenza
de la mia donna e il suo gentil coraggio,
sì che rassembra vile a chi ciò guarda.
E tanto è piu d‟ogn‟altra conoscenza,
quanto lo cielo de la terra e maggio:
a simil di natura ben non tarda.
(Trad. de Roberto de Espada Vicente)
Beldad de dama de noble corazón y caballeros armados que sean gentiles, cantar de
pajaritos y palabras de amor, adornados navíos surcando veloces la corriente, aire
sereno cuando el albor aparece, y el descenso de la nieve sin viento, arroyo de aguas y
prado con toda flor, oro, plata, azul, armonizados en adornos finos: las sobrepasa la
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gran beldad y la nobleza de mi dama y su bello corazón, tanto que todas las bellezas
nombradas parecen cosa vil a quien las mira. Es tanto y más de cualquier cosa
conocida, cuanto el cielo es mayor que la tierra; a ser de semejante naturaleza no tarde
el bien en llegar.
ANGUSTIAS DE AMOR
Voi, che per li occhi mi passaste el core
e destaste la mente che dormia,
guardate a l‟angosciosa vita mia
che sospirando la distrugge Amore.
E‟ ven tagiando di si gran valore
che i deboletti spiriti van via;
riman figura sol‟en segnoria
e voce alquanta che parla dolore.
Questa vertu d‟amor che m‟ha disfatto
da‟vostr‟ occhi gentil presta si mosse;
un dardo mi gitto dentro dal fianco.
Si giunse ritto „l colpo, al primo tratto,
che l‟anima tremando si rescosse,
veggendo morto „l cor nel lato manco.
(Trad. de Roberto de Espada Vicente)
Tú, que por los ojos me llegaste al corazón y despertaste la mente que dormía, mira la
angustiosa vida mía que en suspiros la destruye Amor. Y viene golpeando tan
fuertemente que los débiles espíritus huyen; quedando en cambio sólo mi figura
enseñoreada por el Amor y sólo alguna voz que habla de dolor. Esta virtud del amor que
me ha deshecho, de vuestros ojos gentiles partió rápidamente; un dardo me lanzó dentro
del pecho. Llegó derecho el golpe al primer intento, tanto que el alma se recobró, viendo
muerto el corazón en el lado izquierdo.
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DANTE ALIGHIERI
SE MUESTRA TAN GENTIL Y RECATADA...
Tanto gentile e tanto onesta pare
la donna mia quand‟ella altrui saluta,
che la lingua deven tremando muta,
e li occhi non l‟ardiscon di guardare.
Ella si va , sentendosi laudare,
benignamente d‟umiltà vestuta;
e par che sia una cosa venuta
da cielo in terra a miracol moctrare.
Mostrasi si piacente a chi la mira,
che dà per li occhi una dolcezza al core,
che‟ntender no la può chi no la prova:
e par che de la sua labbia si mova
un spito soave pien d‟amore,
che va dicendo a l‟anima: Sospira.
(Trad.de Nicolás González Ruiz)
Se muestra tan gentil y recatada mi señora cuando saluda a alguien, que toda lengua,
temblando, queda muda y los ojos no se atreven a mirar. Ella se va oyéndose alabada,
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benignamente vestida de humildad; y así parece ser cosa venida del cielo a la tierra
milagrosamente. Se muestra tan cortés con quien la mira, que por ojos da al alma una
dulzura que no p0uede entender quien no la prueba; y parece que de sus labios sale un
espíritu suave lleno de Amor que al alma va diciéndole: Suspira.
RIMA XIX (SUPLICA PIEDAD A SU DAMA)
(Trad.de Nicolás González Ruiz)
En vuestras manos, dulce señora mía, encomiendo mi alma, que está muriendo; tan
dolorida muere, que el amor que la mata la mira con piedad. Vos la sujetasteis a su
imperio hasta tal punto, que ya no le quedó valor para llamarlo de otra manera que no
fuera: “Señor, lo que de mí quieres que se haga, quiero yo también”.
Sé que os sabe mal toda injusticia; por eso, la muerte, que no he merecido, se apodera
de mi corazón con mayor amargura. Bella señora mía, mientras estoy aún con vida, no
seáis avara de vuestras miradas, pues así moriré resignado y en paz.