Rusiñol visto por Picasso

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Rusiñol visto por Picasso
Rusiñol visto por Picasso
EDUARD VAllÈs
Santiago Rusiñol
1899
Cera negra sobre papel
verjurado
31 x 23,5 cm
Colección particular.
Cortesía Fundación Almine
y Bernard Ruiz-Picasso para
el Arte. © Marc Domage
Z vi, 213
Santiago Rusiñol
Estos retratos son el anverso y el reverso de una misma hoja. En el primero
–reverso– Picasso efectua un intento retratístico que queda inconcluso, pero
que ejecuta posteriormente en el anverso, aunque invirtiendo la postura.
Picasso ha captado a Rusiñol en un gesto fugaz, casi por sorpresa. Debido
a su factura, todavía vacilante, es posible que se cuenten entre los primeros
retratos que hizo Picasso de Rusiñol. Éstos, como en el retrato de la página 309,
no presentan aún un perfil limpio, si bien anticipan ya la serie de retratos
de Rusiñol en actitud pensativa y con las manos en la espalda que culminará
en los retratos reproducidos en la página 313.
1899
Cera negra sobre papel
verjurado
31 x 23,5 cm
Colección particular.
Cortesía Fundación Almine
y Bernard Ruiz-Picasso para
el Arte. © Marc Domage
Z vi, 214
307
Este retrato no aparecía consignado en el catálogo del Museu Picasso de
Barcelona de 1984 como un retrato de Rusiñol, pero, a nuestro juicio,
su identificación no ofrece la menor duda. Un análisis iconográfico nos
lleva a la conclusión de que Picasso no hará adoptar esta postura tan específica
a ningún otro personaje que no sea Rusiñol. La presencia de los pierrots
revela la identificación por parte de Picasso de estos personajes simbólicos
con Santiago Rusiñol, autor de L’alegria que passa, obra que impactó a Picasso
hasta el punto de versionar el pierrot del cartel anunciador de la obra realizado
por el propio Rusiñol. Un estudio cronológico nos permite afirmar que
la fecha de ejecución que consta en el Museu Picasso –1899– coincide
con la aparición de los primeros retratos de Rusiñol y con el estreno de
L’alegria que passa.
308
Santiago Rusiñol, pierrots
y otros croquis
Barcelona, finales de 1899
Lápiz Conté sobre papel
23,5 x 33,8 cm
Museu Picasso, Barcelona
MPB 110.685
Retrato de Santiago
Rusiñol y caricatura
de Ramon Pichot
Barcelona, 1899-1900
Tinta a pluma y aguada
sobre papel
32,2 x 22 cm
Museu Picasso, Barcelona
MPB 110.668
Este retrato se inscribe en el conjunto de representaciones en las que Rusiñol
aparece con las manos en la espalda, si bien, al igual que los retratos de la
página 307, no pertenece a la serie del perfil limpio. Alrededor de Rusiñol
se pueden observar algunos dibujos: a la izquierda tenemos un boceto inacabado
de su rostro y encima mismo, invertido, un retrato caricaturizante del artista
Ramon Pichot, que Picasso representa como una especie de grifo o de zorro.
La iconografía del rostro de Pichot se ajusta a la de varios retratos coetáneos,
entre ellos uno de la colección de los hermanos Gaspar-Farreras de Barcelona
y otro del Metropolitan Museum of Art de Nueva York. La ubicación de
Pichot tan cerca de Rusiñol, seguramente, no es en absoluto aleatoria: Pichot,
aunque más joven, era uno de los artistas del entorno inmediato de Rusiñol,
con quien colaboró en diversas ocasiones, por ejemplo ilustrando su libro
Hojas de la vida (1898).
309
Todos estos retratos están ejecutados sobre las páginas de un libro de
inventario que actualmente pertenece al Musée national Picasso de París.
El segundo es un boceto muy incipiente del primero, un perfil izquierdo
del rostro de Rusiñol. El tercero es uno de los tres únicos retratos que
conocemos –juntamente con los de las páginas 317 y 318– donde Rusiñol
aparece retratado al lado de Ramon Casas. Todos estos retratos –así como
los restantes dibujos que integran el libro– no fueron publicados hasta el
año 1990, habida cuenta que el citado libro se integró en la dación resultante
de la sucesión que se abrió tras la muerte de Jacqueline, viuda de Picasso.
Se le conoce con el nombre de «Carnet de Barcelona» por tratarse de un
libro concebido en Barcelona, y porque fue ejecutado por Picasso en esta
ciudad durante el invierno de 1899 a 1900. Entre los dibujos insertados
en sus páginas hay retratos de amigos de Picasso, como Pere Romeu, Carles
Casagemas o Alfons Maseras, entre otros.
Retrato de Santiago Rusiñol;
dos caricaturas de cabezas;
dos estudios de composición
Barcelona, invierno
de 1899-1900
Carboncillo y lápiz sobre papel
30,5 x 21 cm
Cuaderno 1, MP 1990-93, f. 12 v
Musée national Picasso, París
Boceto del perfil
de Santiago Rusiñol
Barcelona, invierno
de 1899-1900
Carboncillo y lápiz sobre papel
30,5 x 21 cm
Cuaderno 1, MP 1990-93, f. 13 r
Musée national Picasso, París
Retratos de Ramon Casas
y Santiago Rusiñol
Invierno 1899-1900
Carboncillo y lápices
de colores
31,5 x 22 cm
Cuaderno 1, MP 1990-93,
3ª de cubierta,
Musée national Picasso, París
310
Retrato de Santiago Rusiñol
caracterizado como
El caballero de la mano
en el pecho de El Greco,
retratos de Josep Rocarol,
algunos apuntes de Miquel
Utrillo y otros croquis
Barcelona, 1899-1900
Tinta sepia, tinta china,
aguada y lápiz grafito sobre
papel con filigrana
23 x 33,4 cm
Museu Picasso, Barcelona
MPB 110.683
En la parte central inferior de esta hoja repleta de dibujos se puede ver un
retrato de Rusiñol caracterizado como el personaje de El caballero de la mano en
el pecho, de El Greco. Con este retrato, Picasso reconoce el papel de Rusiñol
como uno de los abanderados en la reivindicación del artista cretense. El resto
de los dibujos identificados que completan la hoja denotan asimismo una
considerable influencia de El Greco. En la parte central superior advertimos
una cabeza alargada típicamente grequiana, de las que se conocen muchas
más realizadas por Picasso en aquellas mismas fechas. También se pueden
distinguir hasta tres bocetos del rostro del pintor y escenógrafo Josep Rocarol.
Los tres prefiguran la versión final del retrato de Rocarol que ha llegado
a nuestros días y que, curiosamente, no presenta el exagerado alargamiento
facial de los bocetos, realizados a buen seguro bajo el influjo grequiano
de aquellos años.
311
El tercer retrato es la versión más acabada de la línea iconográfica de las vistas
frontales del rostro de Rusiñol. En esta serie podemos incluir cuatro más:
los dos que vemos aquí y los dos anteriores. Los dos primeros, por su formato
y ejecución, podrían ser estudios preparatorios del tercero, el más completo
de todos. En estas tres semblanzas se produce una gradación en la complejidad
técnica, dado que el primero fue ejecutado con tinta, mientras que a los otros
dos les añadió la acuarela. Picasso realizó diversos retratos manteniendo
el mismo formato –de pequeñas dimensiones y casi cuadrados–, en general
con la firma al pie y encerrados en un grueso marco negro típicamente
modernista. Se trata de un formato que se prestaba a la publicación en
prensa, tal y como ocurrió con el tercero, que fue reproducido por la revista
Pèl & Ploma (nº 65, 1 de diciembre de 1900, p. 4). El presente retrato, como
la mayoría de los de esta serie tan específica en la que Picasso inmortalizó a
algunas personalidades de la Barcelona del cambio de siglo, son propiedad
del Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Es posible que el tercer
retrato, junto con otros del mismo grupo, formase parte de la primera
exposición individual de Picasso, en febrero de 1900, en Quatre Gats.
312
Retrato de Santiago Rusiñol
Barcelona, 1899-1900
Tinta sepia a pluma sobre
papel
11,1 x 12 cm
Museu Picasso, Barcelona
MPB 110.266
Retrato de Santiago Rusiñol
Barcelona, 1899-1900
Tinta a pluma y acuarela
sobre papel
10,3 x 9,2 cm
Museu Picasso, Barcelona
MPB 110.433
Retrato de Santiago Rusiñol
Barcelona, 1900
Tinta a pluma y acuarela
sobre papel
10,8 x 10,2 cm
The Metropolitan Museum
of Art, Nueva York. Donación
Raymonde Paul, en memoria
de su hermano C. Michael
Paul, 1982 (1982.179.23)
Z xxi, 111
Retrato de Santiago Rusiñol
Barcelona, c. 1900
Carboncillo y acuarela
sobre papel
33 x 23 cm
Col·lecció El Conventet,
Barcelona
Santiago Rusiñol
en un jardín
Barcelona o Madrid,
1900-1901
Reproducido en Arte Joven,
nº 1, 31 de marzo de 1901,
[p. 5]
Biblioteca Museu Picasso,
Barcelona (localización
desconocida del dibujo
original)
Z vi, 315
Estos dos retratos corresponden a la línea iconográfica donde Rusiñol aparece
de pie, de perfil limpio y con las manos en la espalda, la más tratada por Picasso.
Ambas imágenes están estrechamente ligadas a la proverbial predilección de
Rusiñol por la temática de los jardines. El segundo es el más explícito, por
cuanto Rusiñol aparece delante de la glorieta del Generalife de Granada, un
lugar presente a menudo en su obra. Este retrato fue publicado por la revista
Arte Joven [nº 1, 31 de marzo de 1901, (p. 5)]. El primero, pese a que el
fondo queda desdibujado, parece evocar a su vez la presencia de un jardín en
segundo plano. Creemos que la ejecución de ambos dibujos debió de
ser, si no consecutiva, muy cercana en el tiempo. De todos modos, el segundo
pudo realizarse en Madrid, ya que en aquellas fechas Picasso estaba vivamente
interesado en los jardines de Rusiñol e incluso visitó la Exposición Nacional
de Bellas Artes de 1901, en la que Rusiñol colgó diversos óleos de jardines
de Granada.
313
En esta hoja llena de retratos, Rusiñol está acompañado por otros amigos
catalanes de Picasso: Miquel Utrillo, Sebastià Junyer-Vidal, Ricard Canals,
Pere Mañach y Octavi Canals. Este último –cuyo rostro aparece justamente
a los pies de Rusiñol– era hijo de Ricard Canals, gran amigo de Picasso y con
el que intensificaría su relación el año 1904, después de instalarse en París.
Picasso llegaría a ser padrino de Octavi, del que realizó algunos retratos más,
la mayor parte entre 1904 y 1905. Esta hoja de dibujos, no obstante, data
de 1903, puesto que fue el mismo Picasso quien anotó personalmente la
fecha y los nombres de los amigos retratados en una fotografía que conserva
en su archivo particular Maya Ruiz-Picasso, hija del artista. Esta fotografía
fue tomada en vida de Picasso, pero es de datación indeterminada y lleva
en el reverso el sello de la galería Thannhauser (Berlín). Ignoramos el lugar
de ejecución de los retratos, que tanto podría ser Barcelona como París,
ya que su autor residió en ambas ciudades en 1903.
314
Santiago Rusiñol y rostros
de Miquel Utrillo, Sebastià
Junyer-Vidal, Ricard
Canals, Pere Mañach
y Octavi Canals (hijo
de Ricard Canals)
París o Barcelona, 1903
Pluma sobre papel
29,4 x 18,8 cm
Localización desconocida
Z vi, 526
Retrato de Santiago Rusiñol
Barcelona, 1902-1903
Acuarela sobre papel
21,6 x 15,6 cm
Colección particular, Sitges
Z xxi, 122
Zervos consideró que este retrato se había ejecutado en 1899, y varias
publicaciones posteriores lo han venido fechando el año 1900. En nuestra
opinión, ninguna de esas dataciones corresponde a la fecha real de ejecución
de este perfil de Rusiñol. Es indudable que el dibujo fue realizado algo más
tarde, concretamente durante el período de 1902-1903, aunque nosotros nos
inclinamos por 1903. En primer lugar, el tratamiento del rostro y el atuendo
es prácticamente idéntico al del retrato de la página anterior, del cual sabemos
con total certeza que se realizó en 1903. Además, la factura del dibujo no tiene
nada que ver con la producción picassiana del período de 1899-1900 sino
con la de 1902-1903, y más exactamente con una serie de dibujos eróticos
acuarelados con los que comparte una similar ejecución técnica y cromática.
La firma es muy posterior a la realización de la obra.
315
Zervos data este dibujo en 1901, pero diferentes indicios nos llevan a pensar
que en realidad podría haberse ejecutado en el período de 1903-1904.
Una comparativa iconográfica de los rostros de Rusiñol y Utrillo con otros
coetáneos nos confirma esta horquilla cronológica, que coincide también
con la intencionalidad paródica del dibujo. Además, en el transcurso de
1901 Picasso apenas estuvo en Barcelona, a lo sumo unas pocas semanas,
lo que hace muy aventurado localizar obras de Picasso en la ciudad durante
aquel año. Según el testimonio de Miquel Utrillo hijo, la muchacha que
ofrece el periódico es Júlia Peraire, futura pareja y luego esposa de Ramon
Casas. De ser cierta la información, este apunte se hizo seguramente en las
inmediaciones de la plaza Catalunya de Barcelona, donde, al decir de Isabel
Coll, la familia de la joven tenía un puesto de venta de lotería. Ramon Casas
acabaría ejecutando muchos retratos de Júlia Peraire, todos ellos posteriores
a éste de Picasso. Según Mercedes Palau-Ribes, el dibujo habría sido
realizado el año 1903.
316
Santiago Rusiñol, Miquel
Utrillo y una vendedora
de periódicos (Júlia Peraire)
Barcelona, 1903-1904
Dibujo a pluma
Localización desconocida
Z vi, 316
Ramon Casas, Santiago
Rusiñol y Miquel Utrillo
Barcelona, c. 1903
Lápiz y tinta sobre tarjeta
Localización desconocida
Z vi, 494
Éste es el único retrato que conocemos en la actualidad donde aparecen
representados simultáneamente Ramon Casas, Santiago Rusiñol y Miquel
Utrillo, considerados en su día la «Santísima Trinidad» del arte catalán.
Según Palau i Fabre, Picasso realizó como mínimo otro retrato coral de los
tres personajes pero con intención paródica, concretamente a raíz de un cartel
comercial. En efecto, Vidal Ventosa refirió a Palau i Fabre que, cuando
Picasso vivía en el 17 de la calle Riera de Sant Joan, recibió del propietario
de un negocio de comestibles el encargo de realizar un cartel para promocionar
los huevos de Vilafranca. Picasso retrató a las tres personalidades con un huevo
en una mano y la otra muy metida en el bolsillo, a la altura de los genitales.
Una ambigua leyenda acompañaba la imagen: «Los más grandes son los de
Vilafranca». Parece ser que Casas, nada contento del resultado, rompió el
cartel. Éste es el único de la veintena de retratos de Rusiñol donde le vemos
con un pincel en la mano, explicitando su condición de pintor. El dibujo
está ejecutado sobre una tarjeta comercial de la tienda de hilados de los
hermanos Junyer-Vidal. La firma es muy posterior a la realización de la
obra y ha sido superpuesta a otra apócrifa más antigua, debidamente
borrada, tal y como se puede apreciar en la reproducción de Zervos.
317
No tenemos constancia de que este dibujo se halle vinculado a ningún momento
concreto de la vida de Rusiñol y Casas, pero sin duda hace referencia a
la proverbial tendencia a disfrazarse de ambos amigos. Se conocen varios
episodios, alguno de ellos hilarante, como el que aconteció en París durante
el Carnaval de 1891. Los dos artistas se presentaron en el Folies-Bergère
vestidos de «chulas» o «manolas» –cita textual de una carta de Casas relatando
la ocurrencia– con motivo de un baile organizado por la Société des Artistes
Incohérents. En otra ocasión, el año 1890, para celebrar el vigésimo noveno
cumpleaños de Rusiñol, ambos colegas recibieron a sus amigos disfrazados
de turistas, evocando así el famoso viaje en carro que habían hecho un tiempo
antes. Sirvan estas dos anécdotas como constatación de la afición a los disfraces
de ambos artistas, probablemente conocida e incluso presenciada por el propio
Picasso. Este dibujo ha sido ejecutado sobre una tarjeta comercial de la
tienda de hilados de los hermanos Junyer-Vidal. La firma es muy posterior
a la ejecución de la obra y se ha trazado encima de otra firma apócrifa anterior,
previamente borrada, como se puede apreciar en la reproducción de Zervos.
318
Una caricatura de Santiago
Rusiñol y Ramon Casas
1903
Tinta y lápices sobre tarjeta
13,3 x 7,9 cm
Sidney R. Rabb Trust
Z vi, 492
«Lo que el Rusiñol
se pensaba»
Barcelona, 1903
Pluma sobre tarjeta
13,3 x 8,8 cm
Localización desconocida
En este dibujo Rusiñol aparece solemnemente inclinado, recibiendo una
corona de laurel con la inscripción «Associé» de manos de una musa que
representa el Arte. Debajo, Picasso anotó la expresión «Lo que el Rusiñol
se pensaba». El dibujo es una referencia a la reciente concesión del título
de sociétaire –y no associé como escribe el artista– por parte de la Société nationale
des beaux-arts francesa. Rusiñol creía que sería distinguido con este honor
que finalmente no obtuvo, hecho que motivó el retrato paródico de Picasso.
Quien accedió, en cambio, al rango de sociétaire fue Ramon Casas, tal y como
refirió la prensa de la época (Pèl & Ploma, junio de 1903, p. 192, y L’Esquella de
la Torratxa, 5 de junio de 1903, p. 364). Dado que Picasso no volvió a París hasta
aproximadamente diez meses después, el lugar de ejecución de este retrato
tuvo que ser Barcelona y la fecha siempre ulterior al otorgamiento de aquella
distinción, es decir, durante o a partir de junio de 1903. Como había hecho
antes con El Greco, Picasso vinculó la figura de Rusiñol a otro artista que
publicitó considerablemente y con el que había mantenido una relación
personal, Puvis de Chavannes. La musa, el laurel y la idea del sueño son otros
tantos referentes iconográficos que nos remiten a la obra de Puvis. El dibujo
está ejecutado sobre una tarjeta comercial de la tienda de los hermanos
Junyer-Vidal y la firma es muy posterior a la realización de la obra.
319
Este dibujo en el que Rusiñol y Utrillo han sido parodiados en una desnudez
exageradamente mórbida es el cuarto retrato donde aparecen juntos los dos
amigos, como sucede también en los retratos de las páginas 314-316 y 317.
Utrillo lleva grabada en el vientre la inscripción «Pèl & Ploma», en alusión
a la revista de la que era redactor jefe. Pèl & Ploma fue posiblemente la publicación
periódica más emblemática del Modernismo y Picasso era un lector asiduo,
incluso estando en París. Gracias a Utrillo Pèl & Ploma publicó diversas
ilustraciones de Picasso, entre ellas algunos retratos: uno del pintor Joaquim
Mir, otro del escritor Eduard Marquina y un tercero de Santiago Rusiñol,
en concreto el que raparece en tercer lugar en la página 312 del presente
inventario. Más difícil nos resulta extraer una lectura de la caracterización
de Rusiñol, con un enorme vientre lleno de extraños seres. Una vez más, el
dibujo está ejecutado sobre una tarjeta comercial de la tienda de los hermanos
Junyer-Vidal y la firma es muy posterior a la ejecución de la obra. Este doble
retrato fue adquirido el año 2008 por el Museu Picasso de Barcelona,
en una subasta de Christie’s en Nueva York.
320
Miquel Utrillo y Santiago
Rusiñol fumando en pipa
Barcelona, 1903
Tinta sepia a pluma
sobre tarjeta
9 x 13,5 cm
Museu Picasso, Barcelona
MPB 113.291
«La Gloria-Crítico/a»
(Santiago Rusiñol
sodomizado)
Barcelona, c. 1903
Tinta sobre tarjeta
9 x 13,5 cm
Colección particular,
Barcelona
Este dibujo es una referencia a la crítica que algunos sectores, entre ellos jóvenes
artistas como Picasso, ejercieron sobre Santiago Rusiñol. Los personajes
que flanquean a Rusiñol simbolizan sendos conceptos que el artista tituló
«La Gloria», con una mujer totalmente desnuda que sujeta en la mano una
bolsa de dinero, y «La Crítica» o «El Crítico», representada por un personaje
que está escribiendo –supuestamente una crítica– mientras sodomiza a Rusiñol.
La palabra exacta anotada por Picasso podría ser «crítico» o «crítica», ya
que la última letra presenta una rectificación del propio artista que la hace
inidentificable. A pesar de todo, se entiende igualmente la intencionalidad,
similar a la del retrato precedente, donde se percibe una cierta degradación
en la caracterización de Rusiñol: completamente desnudo y mórbido en el
anterior y nuevamente desnudo, y ahora sodomizado, en éste. Este dibujo,
como los cuatro anteriores, ha sido realizado sobre una tarjeta comercial de la
tienda de los Junyer-Vidal y la firma es muy posterior a la ejecución de la obra.
321